Esta danza une el
sentido señorial, cortesano, que se manifiesta en el motivo de tomarse las
manos y en sus evoluciones elegantes, lentas y armoniosas, con cierto carácter
picaresco que encontramos en la galantería de sus figuras.
Ventura
Lynch la ha caracterizado con mucho acierto: ¨Su música es un quejido y un
grito de alegría, un suspiro y una sonrisa, una lágrima y una carcajada¨. Es
una danza de pareja suelta, ya que los bailarines no se enlazan, sino solo se
toman en un momento de la misma, e independiente, puesto que hace sola sus
figuras, sin combinarlas con las de otras parejas, aunque también puede ser
bailada en cuarto, o sea de dos parejas; por su carácter es apicarada, ya que
reúne, como hemos dicho, lo señorial y picaresco.
En cuanto a
la dispersión geográfica, es común identificarla por su estilo de zona
pampeana, donde se caracteriza por adquirir el ritmo más lento, pero fue
conocida en casi todo el país, como dice Carlos vega: ¨se bailó desde la pampa
hasta misiones y el checo, desde san Luis hasta Santiago y Tucumán, desde
Mendoza hasta salta y probablemente Jujuy¨.
Como especie
coreográfica, pertenece al folklore histórico, puesto que ya no se baila,
aunque está viva en el recuerdo de muchos ancianos, pero si se registra en el
canto de sus copias, especialmente en la región bonaerense.
No hay muchos documentos que nos permitan rastrear sus
comienzos, no fue anotada por los viajeros, y recién alrededor de 1880 la
menciona Ventura Lynch. Para remontarnos más atrás debemos recurrir a sus
coplas que atestiguan su presencia muy activa en las guerras civiles de nuestra
patria y la ubicación aproximadamente desde 1830; una de las más difundidas es
la riojana que hace referencia a la muerte de Quiroga ocurrida en 1835:
A la huella, huella.
Huella sin cesar,
Se murió Quiroga,
Nuestro general.
A
la misma época pertenece a la siguiente variante de Entre Ríos, que nos muestra
el sentimiento opuesto:
A la huella, huella.
Huella sin destino,
Ya murió Quiroga,
Traidor asesino.
En
el año 1900, en la Pampa, se recopilo, traída por un riojano, según testimonio
de Isabel Aretz, la siguiente copia:
A la huella, huella.
Patita i tero
No le digas a naides
Que io te quiero.
En
esta época ingreso al circo porteño como expresión gauchesca y posteriormente
al arte clásico, ya que sirvió de inspiración para obras cultas como las de
Julián Aguirre, que incorpora l nombre de la danza al ambiente musical
superior, comenzando a difundirse como proyección folklorica, con carácter
artístico culto. Su vida en el ambiente rural, como danza folklorica, la
podemos registrar durante casi un siglo desde 1830 hasta 1920. Desciende de los minués y gavotas del siglo XVIII, conservando ese carácter palaciego, pero
modificada por la intención rural, picaresca, y desde la campaña de Buenos
Aires donde se dio seguramente esta fusión cortesana-rural, se difundió a todo
país.
Musicalmente
está compuesta por 5 frases de 8 compases que totalizan 40 compases bailables
precedidos po una introducción de 16. Las dos primeras frases llevan al canto
de la copia; la tercera y cuarta, del estribillo, y la ultima es tarareada.
Coreografía
Posición Inicial:
En
los extremos de la mediana del cuadrado imaginario.
Introducción:
16
Compases (hasta la voz preventiva)
¡Adentro!:
Voz
preventiva
1° Figura:
Media
vuelta……. 4 Compases
2° Figura:
Giro………
4 Compases
3° Figura:
Media
vuelta…… 4 Compases
4° Figura:
Giro…..
4 Compases
5° Figura:
Zapateo
y zarandeo 4 compases
6° Figura:
Giro
de la dama tomados 4 compases
7° Figura:
Zapateo
y zarandeo 4 compases
8° Figura:
Contragiro
de la dama tomados…. 4 compases
¡Aural!
Voz
preventiva
9° Figura:
Media
contravuelta 4 compases
10° Figura
Giro y coronación 4 compases
Se baila con
posición de brazos para castañetas y con paso básico. Las dos primeras frases
musicales que llevan como canto las copias de la danza, corresponden, cada una,
a una media vuelta y un giro, como indica el orden coreográfico.




No hay comentarios:
Publicar un comentario